La atención focalizada es un fenómeno interesante y con
el cual se convive a diario. Es suficiente mantener una conversación de trabajo
durante la tarde en un café y luego preguntarse si se fue consciente de todos
los elementos del entorno, no vinculados con la conversación, para percatarse
de que a la gran cantidad de ellos no se les prestó ninguna o muy poca
atención. Elementos como quién estaba sentado en la mesa de al lado, de qué
color era la ropa que llevaba, cuántas veces cruzó la pierna nuestro
interlocutor, si jugaba o no con la servilleta y un largo etcétera.
La
atención focalizada: es una función básica para la realización de nuevos
aprendizajes; se refiere a la habilidad para dar una respuesta discreta, simple
y de manera estable ante uno o varios estímulos. Es también la habilidad para enfocar
la atención a un estímulo (Sohlberg & Mateer, 2001).
La atención focalizada en la habilidad para enfocar la
atención a un estímulo visual, auditivo o táctil. No se valora el tiempo de
fijación al estímulo, ya que puede ser momentánea.
Las deficiencias de activación son evidentes durante la
entrevista con el paciente y se manifiestan por aletargamiento y por la
necesidad de repetir frecuentemente la estimulación para que el paciente
responda.
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